Aunque en el blog salga con fecha del presente año, los acontecimientos sucedieron 15 de octubre de 2016. Donde tras un largo período de relajamiento, el grupo ha vuelto a unirse, (jamás se separó, es más, tras variados acontecimientos nos hicimos más vigorosos); además con nuevas celebridades para el grupo.
Un buen día un
épico hecho se produjo en mi vida, hecho del cual no solo no me
arrepiento, sino que me alegro muchísimo de que se produjera. Mi
primo me pidió unirse al grupo, aplaudiendo por mi parte tan grata
unión. Ya han pasado unos meses desde aquella inesperada y grandiosa
cohesión. Nos hemos compenetrado en todos los aspectos, le estoy
enseñando parajes, circuitos, etc, a cambio él me enseña otros
itinerarios, que son muchos los cuales desconozco yo y el resto del
grupo. Además, poco a poco nos vamos presentando el uno al otro gran
variedad de amistades por ambas partes, enriqueciendo nuestro amplio
abanico de posibilidades.
Inicio
de la etapa de media a alta montaña
Este
episodio ha sido toda una experiencia para todos. Salvo Roque, el
resto de participantes, por distintos motivos, no estábamos al cien
por ciento de nuestras capacidades. Pronto descubrimos que la
caminata nos sentaba de maravilla sin el menor percance. Para J.M.
Era otro itinerario nuevo, deleitándose de las vistas que el
mencionado trecho nos ofrecía por toda su longitud. En un principio,
pensé en hacer el descenso por la carretera. Motivo, echar el día
carentes de una prematura llegada. Pero Enrique fiel a sus hábitos,
decidió continuar por el Collado de las Sabinas, con dirección al
Centro de Visitantes El Dornajo. Este desvío se hace mucho más
corto, no solo por el recorte de kilómetros, sino incluso por su
relieve, fauna y flora, así mismo de su acústica, toda una gala de
sentimientos que los montañeros sabemos apreciar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario